"...Y Jesús continuaba diciendo a sus discípulos: Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Dónde vas? Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado".
Juan 16, 5-11
Tristeza y alegría por la partida de Jesús.- La tristeza envuelve a los apóstoles y a todos los seguidores de Jesús cuando ya es inminente que Él va a dejar esta tierra por haber cumplido su misión, que es la voluntad del Padre. Pero, a la vez, la alegría de la esperanza llena los corazones: "...pero si me voy, os enviaré al Paráclito". Éste es el Consolador, la guía, la fuerza que nos dará la vida; es la verdadera vida de la Iglesia. Él nos dará la voz que será capaz de oponerse a la injusticia y a la discriminación con que la ambición de los poderosos trata de usufructuar, sólo para sí, los bienes y maravillas de esta tierra, que es de todos, de acuerdo con los planes del Creador. Sobrepongámonos, pues, a la tristeza, abramos nuestros corazones a la alegría por la promesa que no dejará de cumplirse y, alabando a Dios, démosle gracias por la fe que nos permite vivir esa esperanza.
Propósito: Hoy mi oración será: Espíritu Santo, ilumina mi camino con tu luz y da fuerza a mis pasos para ir siempre adelante.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Mayo 23 de 2017
J. RUIZ
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