martes, 31 de mayo de 2011

Una historia para leer y contar

Solo una pareja que se somete al amor de Dios,
puede someterse a  amar a los demás.
En la comunidad de Teresa había un matrimonio de un testimonio admirable. Él era trabajador, sencillo e incluso minusválido; junto con Carmen, su esposa, eran los responsables del grupo. Además también lo habían elegido para presidente de la acción comunal de su barrio, y luchando con abnegación y sacrificio habían conseguido importantes reformas en su barrio.

Pero cuando ocurrían acontecimientos importantes en el nivel social o de la Iglesia era Carmen quien sugería, cuestionaba y hacía tales reflexiones, a la luz de la Palabra de Dios, que algunas personas, al escucharla, se decían: de dónde saca tanta sabiduría.

Un día comentó su esposo: a veces me canso, siento que la gente me falla, pero el entusiasmo y el apoyo de Carmen me hacen seguir adelante; sin ella yo no sería nada, ni haría nada.

  Cuestionario:
-¿Qué actividades desarrollaba este matrimonio?
-¿Qué era Carmen para su esposo?
-¿Qué hacía Carmen con la gente de su comunidad?
-¿Conoces personas como esta pareja? Coméntanos. 

viernes, 27 de mayo de 2011

¿LA MUJER SÍ FIGURA EN LA HISTORIA?

 

Clara Campoamor
Si usted trata de buscar a la mujer en la historia y su papel, lo primero que puede venírsele a la mente es pensar en Cleopatra, faraona del antíguo Egipto, o de pronto otras como Juana de Arco, guerrera de la fe católica, o Evita de Perón ya en el contexto latinoamericano. Lo cierto es que sobre referentes de mujeres en la historia tenemos a las que suben al poder político y desde allí gobiernan según los intereses de la religión que profesan o los intereses de sus maridos o amantes. Pero ¿acaso no tiene la historia universal otras mujeres que resaltan por sus labores? ¿la mujer solo es importante porque tiene poder para mandar desde la política? ¿qué otros referentes hay sobre ellas?

Entonces pensaríamos posiblemente en la Madre Teresa de Calcuta, misionera incansable que entregó su vida por la obra de Dios; Lady Di o la Princesa Diana de Gales, ícono mundial de la caridad, pero siguen siendo ejemplos –aunque más humanos- un poco relegados al papel suave, consolador, abandonado a otros factores externos. ¿Dónde están las mujeres que luchan con su pueblo, que trabajan de sol a sol por sacar adelante a sus familias, que se oponen a las represiones? ¿será que en toda la historia no existe una así?

María madre de Jesús y madre de la Iglesia, es el modelo a seguir de cualquier mujer independientemente de su cultura: decidida, arriesgada, fiel, leal, luchadora, persistente, tenaz, y un sinfín de cualidades que ella representa y que se revelan en la vida de cada persona que la reconoce como su madre personal. Mas hay otros ejemplos históricos, mujeres que entregaron sus vidas por una causa noble y que aunque no aparecen en periódicos ni de ellas se habla mucho, son un ejemplo de persistencia, madurez y sensatez.

Rosa Luxemburgo. Nació en Polonia, en 1895 se fue a vivir a Alemania y allá trabajó como periodista y se inició en la política. Se convirtió en socialista y luchó por impedir la I Guerra Mundial, por ello pasó muchas veces en las cárceles. Rosa defendía que el pueblo no debía estar sometido a los intereses de los gobiernos oligárquicos, por ese pensamiento fue detenida en el año 1919 y cuando era trasladada por agentes de policía fue asesinada.

Rosa Luxemburgo
Clara Campoamor. Española, nació en 1888 y falleció en 1972. Esta mujer estudió derecho y se resaltó entre todos sus colegas por ser inteligente y decidida. Luchó por los derechos de las mujeres porque para esa época técnicamente las mujeres dependían económica y emocionalmente de los hombres. Fue la principal impulsora del derecho de las féminas a votar en las elecciones.  

Gertrude Belle Elion. Nació en Nueva York en 1918 y falleció en 1999. Le encantaban las ciencias pero no podía ni estudiarlas ni trabajar legalmente en ellas por su condición de mujer, así que se dedicó largos años de su vida a ser asistente de otros científicos para aprender. Una prestigiosa universidad la reconoció como importante y pionera en los medicamentos, por eso le dieron el título de doctora. Realizó grandes descubrimientos para tratar enfermedades, entre ellos sus estudios abrieron investigaciones que ayudaron a descubrir  un fármaco que ayuda en el tratamiento del SIDA.

Gertrude Elion
Y los ejemplos continúan. Si buscas en la web encontrarás no cientos, sino miles de mujeres que pelearon para que hoy  gocemos de lo que tenemos: derechos. Pero la pelea continúa; todas y todos –porque el hombre debe unirse a la causa de valorar a las mujeres- estamos llamados a construir una sociedad m más justa, más humana, con miras al desarrollo sano de los países. Tú mujer, estás en la lista de las que con su vida y sus actos, deben hacer historia por el bien de los demás y por las generaciones que vendrán después de nosotros.

miércoles, 25 de mayo de 2011

UNA MUJER PROFETICA Y LIBERADORA

María, se revela en el magnifica como una mujer que conoce perfectamente el proyecto de Dios sobre el hombre, y también ha contemplado la realidad de opresión y de injusticia opuesta totalmente a ese proyecto de amor.

María sabe que su Hijo viene para liberar al hombre de todo mal, para anunciar un orden nuevo, una nueva justicia, una nueva alianza, una nueva manera de vivir; y que ante todo trae una buena noticia para los pobres. Ella, como mujer profética, se adelanta al anuncio de Jesús y en su canto de alabanza proclama que Dios no está a favor de los poderosos, sino de los humildes y oprimidos.

“La Iglesia acudiendo al corazón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magnifica, renueva cada vez mejor en sí la conciencia de que no se puede separar la verdad sobre el Dios que salva, sobre Dios que es fuente de todo don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que cantado en el magnifica, se encuentra luego expresado en las palabras y obrar de Jesús”. 

“Se trata de temas y problemas orgánicamente relacionados con el sentido cristiano de la libertad y de la liberación. Dependiendo totalmente de Dios y plenamente orientada hacia ÉL, por el empuje de su fe, María, al lado de su Hijo, es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos”. (R.M.37)

La actitud de María nos revela, que entrar en relación con Dios nos hace libres, nos vacía de nosotros mismos para ponernos al servicio de su plan de salvación. Ella se siente escogida de entre los humildes para ser madre y profeta al mismo tiempo. Por eso no sólo  levantó su voz para denunciar y anunciar, sino que comprometió toda su persona y su vida en la misión liberadora de su Hijo.

Pero ella nos anima en nuestro proceso de liberación.
Aunque los creyentes muchas veces hemos separado esa verdad del Dios que salva, del Dios Padre que tiene predilección por sus hijos más pobres y pequeños. En María esta verdad aparece muy clara cuando dice: A los hambrientos llenó de bienes y a los ricos despidió vacíos. Así nosotros hemos de tener presente que no podemos separar fe y justicia, religión y vida; sino que nuestra fe nos debe impulsar a trabajar constantemente para combatir la miseria y el mal que bajo diversas formas nos esclaviza. De este modo se manifestará la fuerza de Dios en nuestra debilidad y en nuestra historia, su salvación pasará por nosotros como pasó por Israel y por María.

“El Magnifica es el espejo del alma de María. En ese poema logra su culminación la espiritualidad de los pobres de Yavhé en el profetismo de la Antigua Alianza. Es el cántico que anuncia en el nuevo evangelio de Cristo; es el preludio del sermón de la montaña. Allí maría se nos manifiesta vacía de sí misma y poniendo toda su confianza en la misericordia del Padre. En el magnifica se manifiesta como modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas a la vida personal y social, ni son víctimas de la alienación, como hoy se dice, sino que proclama con ella que Dios ensalza a los humildes y, si es el caso, derriba a los potentados de sus tronos”. (Puebla 297)

Esta mujer pequeña y libre, apoyada en su Dios, es portadora de alegría y de esperanza para todos, pero principalmente para los que sufren. Ellos, recobrando su dignidad de hijos serán dichosos y portadores de alegría.


¿Qué podemos hacer nosotros? ¿A qué nos anima María?

miércoles, 18 de mayo de 2011

EL HOMBRE ES…


El hombre es irrazonable,
Ilógico e ignorante…
No importa, ¡acéptalo!

Si hace el bien dirán que
Tus propósitos son egoístas…
No importa, ¡haz el bien!

Si realizas tus objetivos,
Encontrarás falsos amigos
Y verdaderos enemigos…
No importa, ¡realízalos!

El bien que tú hagas hoy,
Mañana nadie lo recordará…
No importa, ¡haz el bien!

La honestidad y la sinceridad
Te hacen vulnerable…
No importa, ¡sé franco y honesto!

Lo que en años has construido puede
Ser destruido en un segundo…
No importa, ¡construye!

Si ayudas a la gente
Dirán que tienes intereses…
No importa, ¡ayúdala!
Da al mundo lo mejor de ti,
Aunque recibas patadas…
No importa, ¡da lo mejor de ti!

(Madre Teresa de Calcuta)

La Perfecta Alegría

Hace algunos años leí sobre la perfecta alegría. Lo había escrito alguien a quien admiro y amo mucho: San Francisco de Asís. Hoy han pasado casi 15 años de la primera vez que leí sobre aquello. He vivido, he gozado, he sufrido y he muerto en mil momentos; he conocido lo real y lo irreal, la sonrisa y la lagrima, el bienestar y el dolor más punzante, la compañía y la soledad, el murmullo y el silencio, el frio y el calor, el triunfo y la derrota, y cada día comienzo de nuevo, deseando aprender todo lo que pueda aprender. Sin embargo, hay veces que me alejo de la perfecta alegría y la busco incansablemente. Pues solo de la perfecta paz nace la perfecta alegría. Leyendo a Francisco y reflexionando sobre lo vivido en estos últimos años me alegré, volví ha sentir en mi interior la llama de los guerreros espirituales. 

Comprendí al fin que la perfecta alegría no reside en saber el idioma de los ángeles, o en caminar por el mar, tampoco está en curar ni en predicar en lenguas, tampoco se halla en poder realizar cualquier tipo de milagros. La perfecta alegría reside en vaciarse del propio ego.
Cuando estoy completamente vacío no hay obstáculo para que el todo me llene. El todo es la esencia, el amor, y solo el amor da la paz absoluta que genera la perfecta alegría. Cuando no me busco no conozco el dolor; en cambio, cuando me busco a mi mismo en forma egoísta, es inevitable que me encuentre con él. 

Cuando me paseo hasta el punto de no querer nada para mí, soy verdaderamente libre, colocándome más allá de toda dualidad como lo es el gozo y el dolor, la vida y la muerte.
En ese punto logro unificarme con el poder y entonces vida y muerte son parte de uno. Y allí, en esa paz fresquísima me encuentro en la perfecta alegría. Pues ya estoy más allá de lo circunstancial y me da igual mendigo o rey, rico o pobre, negro o blanco.
El vacío interior genera nuestra verdadera forma esencial. Gracias, Hermano Francisco, por haberme  animado a ser tú mismo y habérmelo enseñado a mí; gracias por tu fresca sonrrisa.  

lunes, 9 de mayo de 2011

El Santo Rosario

Algo de Historia:

En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses como símbolo del agradecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa “corona de rosas”.

Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas con coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro con Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

La Iglesia recomendó rezar el rosario, el cual consistía en recitar 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación solo la seguían las personas cultas y letradas, pero no la mayoría de los cristianos. Por esto la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

A finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán sufría al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses y decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se dice que se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.

Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la Catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar se soltó una tormenta con rayos y bien tos muy fuertes que hizo que la gente se asustara. Según cuenta la tradición, todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la Catedral, alzaba tres veces los brazos hacia el cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la virgen y la tormenta se termino.

En otra ocasión, Santo domingo tenia que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame  en Paris con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezo el rosario. Dice la tradición que la virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entrego un libro con imágenes, en el cual explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de avemarías por que le recordaba 150 veces el momento que la humanidad, representada por María, había aceptad a su hijo como Salvador.

Santo Domingo cambio su homilía y hablo de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción a vivir Cristianamente y a dejar a tras los malos hábitos.
Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedico a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas de purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la santa madre Iglesia.
El rezo del santo rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamo “La muerte negra” en la que murieron muchas personas.
Fue entonces cuando en fraile Alan de la Roche superior de los Dominicos en la misma provincia de Francia. Donde había comenzado la devoción del Rosario, dice la tradición que tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del reza del Santo Rosario. El padre Alan inicio esta actividad de propagación junto a todos los padres Dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

El siete de octubre de 1571 se llevo a cabo la batalla de Lepanto, en la cual los cristianos vencieron a los Turcos los cristianos sabían que si perdían esta batalla, su religión podría peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pio V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota naval. En roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de repente se levando y anuncio que a flota naval cristiana había sido victoriosa. Ordena el toque de campana y el una procesión. Días más tardes llegaron los mensajeros con la noticia oficial de triunfo cristiano. Posteriormente, instituyo la fiesta de nuestra Señora de las Victorias el siete de octubre.

Un año más tarde, Gregorio  XIII cambio el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determino que se celebrase el primer domingo de octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la Fiesta del Rosario el siete de octubre y algunos Dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.



Misterios y Meditaciones del Rosario


Misterios gozosos (se rezan lunes y sábado).
1.      El anuncio del ángel a la Virgen María.
2.      La visitación de nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3.   El nacimiento del hijo de Dios en belén.
4.      La purificación de Nuestra Señora.
5.      El niño perdido y hallado en el templo.

Misterios dolorosos (se rezan martes y viernes).
1.      La oración del huerto.
2.      La flagelación del señor.
3.      La coronación de espinas.
4.      La cruz de cuestas.
5.      Jesús muere en la cruz.

Misterios gloriosos (se rezan miércoles y domingos).
1.      La resurrección del Señor.
2.      La ascensión del Señor.
3.      La venida del Espíritu Santo.
4.      La asunción de Nuestra Señora
5.      La coronación de María Santísima.

Misterios Luminosos (se rezan los domingos).
1.      El bautismo de Jesús en el Jordán
2.      Las boda se Caná.
3.      El anuncio de Reino de Dios.
4.      La Transfiguración
5.La institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual

Tomado: La Revista, El Mensajero del corazón de Jesús

domingo, 8 de mayo de 2011

Jesús está en el camino de los hombres (Lc 24, 13-35)

La pregunta más importante que puede hacerse cualquier cristiano es: ¿Dónde está Jesús resucitado? Muchos quisieran que ÉL solamente estuviera en Dios sería más cómodo. Otros quisieran que estuviera en el fondo del corazón de cada uno. También sería cómodo. Otros más, quisieran confinarlo en un templo o encerrarlo dentro de instituciones, estructuras y esquemas. Más cómodo todavía, porque así Jesús estaría enteramente bajo control, lo que le interesaría a mucha gente.

En este punto de su Evangelio Lucas nos muestra los lugares fundamentales donde se manifiesta el resucitado. Primero, se encuentra en los caminos de la humanidad, atento a las aspiraciones y búsquedas de las personas. Después se encuentra en la Palabra, y en la Palabra por excelencia, consignada en la Biblia. Luego, en el gesto del compartir, y principalmente en el gesto del compartir de los cristianos, la Eucaristía. Finalmente, como corona de todas las presencia y confirmación de ellas, Jesús está en el centro del pueblo cristiano, la Iglesia en torno a los apóstoles.

EN EL CAMINO DE LOS HOMBRES (24, 13-24)

Jesús resucitó, pero todavía nadie lo ha visto. Han visto solamente la tumba vacía, es decir, que Jesús no estaba en el mundo de los muerto. Todavía es el primer día de la semana, el domingo, y los discípulos (10, 1) van de Jerusalén a Emaús, aldea donde seguramente vivían.
Jesús se les acerca, como un desconocido, y entra en al conversación, siguiendo el mismo camino. El punto importante es que los discípulos no lo reconocen (ver Jn 1, 26). Parece que es necesario que haya siempre un signo concreto para  manifestarse Jesús a las personas.

Jesús se interesa en el asunto que tratan ellos. Quiere saber lo que les preocupa. Ellos parecen extrañarse: “¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?”.

Comienza entonces el primer anuncio: los discípulos cuentan lo que sucedió. Es importante la presentación de Jesús: un poderoso profeta, es decir, un enviado de Dios. Toda la vida de Jesús que sigue es señalada con cuatro palabras, a saber: obras, palabras, delante de Dios y de todo el pueblo. Es un resumen de lo que Jesús dijo e hizo, cumpliendo el proyecto de Dios a favor de pueblo. Y el testimonio  prosigue: los jefes del pueblo lo condenaron y lo crucificaron. Y, finalmente, la decepción: ellos esperaban que Jesús fuera el Mesías libertador y que Dios lo vengaría el mismo día. Pero ya han pasado tres días… (En aquel tiempo se creía que el cadáver entraba en descomposición después de tres días). Es decir, las esperanzas se habían  frustrado. Algo parece haber sucedido, pues las mujeres no encontraron a Jesús en la tumba, y esto fue confirmado por los discípulos. “Pero a ÉL no lo vieron”. Punto importante. Jesús se encuentra en los caminos de los hombres, pero los hombres todavía no lo reconocen. ¿Qué falta?

LA BIBLIA ANUNCIA A JESÚS (24, 24-27)

El propio Jesús muestra que el camino para entender su persona y actividad es la lectura de la Biblia. En ella está anunciado todo lo que el Mesías enviado por Dios debía realizar. “¿No era necesario que el Cristo padeciera eso, y entrará así en su gloria?”. Esto no quiere decir que Dios hubiera decretado que Jesús fuera perseguido, sufriera y fuera asesinado. No. Dios quería que Jesús realizara su proyecto hasta el fin. Jesús lo realizó y por eso fue condenado y asesinado. Dios no quiso la muerte de Jesús. Los muertos de ella fueron los mantenedores de un orden social fundado en la injusticia. Tañes mantenedores rehusaron el proyecto de Dios anunciado y actuado por Jesús, y por eso lo condenaron a muerte.

A continuación Jesús mismo va mostrando todo lo que en la Biblia se refiere a ÉL. Esto nos muestra dos cosas. Primero, que Jesús realizó lo que Dios pedía y prometía en las Escrituras de su pueblo: libertad y vida para todos. Segundo, nos muestra que las primeras comunidades fueron descubriendo el sentido de la vida de Jesús gracias a la lectura de la Biblia. Esta costumbre de las comunidades dio origen a la Liturgia de la Palabra en nuestras celebraciones. Allí siempre se lee el Antiguo Testamento y el Nuevo, para mostrar que Jesús es el centro de toda la Biblia. La Palabra de Dios en la Biblia es, por tanto, el segundo lugar donde se manifiesta la presencia de Jesús resucitado. Es en la lectura comunitaria de la Biblia (aquí es una comunidad de tres)  donde las personas encuentran al Jesús que da sentido a la vida, principalmente a la lucha por la Justicia.

EL COMPARTIR ANUNCIA A JESÚS


Pero el riesgo es quedarse solamente en una lectura de la Biblia y adquirir muchos  conocimientos sobre Jesús, sin experimentarlo concretamente. ¿Cómo hacer la experiencia? Los dos discípulos parecen haber llegado a su destino. Jesús hace el gesto de seguir el camino. Ellos insisten para que se hospede con ellos. Jesús acepta y se sienta a la mesa con los dos. Y aquí tenemos la celebración de la Eucaristía, la celebración del compartir. Jesús hace los mismos gestos que había realizado en la última Cena Pascual con los discípulos (22, 19): toma el pan, lo bendice, lo parte y lo entrega. En este momento ellos lo reconocen.


¿Por qué solamente en el gesto del compartir es cuando las personas reconocen que Jesús está vivo entre ellas? Porque el compartir es el alma del proyecto de Dios realizado por Jesús. Compartiendo lo que se es (libertad y lo que se tiene (vida) es como todos podrán tener acceso a la libertad y a la vida. Esto nos muestra cómo la Eucaristía tiene un sentido económico y político: ella es el signo del mundo nuevo, donde las relaciones de poder son sustituidas por las relaciones de fraternidad, y donde las relaciones económicas son orientadas por el espíritu del compartir igualitario. Es de este gesto del compartir de donde nace el mundo nuevo y la nueva historia, superando toda la desigualdad generada por el poder y por la riqueza. Y, cuando se habla de compartir, no se trata de bondad o de  generosidad, sino de justicia; porque el don de Dios es para todos, y debe ser compartido entre todos.



Pero queda flotando una pregunta: ¿De qué sirve celebrar la Eucaristía y no realizar en al vida concreta la fraternidad y el compartir que ella anuncia y realiza? ¿De qué  sirve celebrar y no vivir lo que se celebra? ¿Tenemos derecho a hacer esto?

LA IGLESIA SE REÚNE (24, 32-35)

Camino de los hombres, palabra, compartir, y, finalmente, la Iglesia reunida. Los dos discípulos regresan a Jerusalén, al encuentro de los apóstoles, y anunciando todo lo que presenciaron. A su testimonio los apóstoles añaden la confirmación: “Realmente el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón”. De esta manera tenemos el círculo completo: Jesús se manifiesta en el camino de los hombres, y Pedro, el jefe de la Iglesia, puede confirmar esto, porque él mismo ha vivido la experiencia.


En este estrecho del Evangelio tenemos, por tanto, el itinerario de la fe cristiana: caminos de la humanidad, palabra, compartir, Iglesia que confirma. Por encima de todo tenemos al Resucitado, que se manifiesta donde quiera que haya búsqueda y donde quiera que tenga lugar el compartir: compartir de libertad y de vida, fermentando la fraternidad y el compartir de los bienes, para que todos tengan la vida que Dios dio a todos.

El papel de la Mujer en la sociedad

Desde tiempos inmemoriales el centro de la familia se ha construido siempre alrededor del fuego que irradia el corazón de la Madre, el corazón de la mujer. Y así, la madre se convirtió en el centro de la familia y la familia en el fundamento de la sociedad.
Por eso el papel de la mujer en la sociedad es completamente obvio, por lo que parece extraño hasta querer hablar de él. Sin embargo, y desafortunadamente, hoy en día, tanto para ellas como para los hombres, las cosas han llegado a tal confusión que, a veces, se vuelven contradictorias.

Con el mero poder que le confiere la maternidad ella sabe, y todos tenemos que saber, que es el fundamento de la familia, y como tal, la piedra angular de la sociedad.

Pero como en estos tiempos, a veces, hay que tomar actitudes y priorizar las decisiones, la mujer se encuentra en una encrucijada que la pone ha escoger entre una prometedora carrera (profesión) que, según las voces que le llegan de todas partes, será su plena realización, y la colmará de honores, reconocimientos y satisfacciones, y el papel primordial para el que la naturaleza – por no decir que Dios – la escogió desde siempre.

Muchas veces hace más caso a las voces de las amigas que a su propia conciencia, y se embarca en su “realización” profesional, posponiendo para “después” su papel natural, y lo hace de tal manera que éste se olvida, se le acaba el tiempo y al final se encuentra con que su “realización” no fue tan completa como buscaba, porque la sed de lo infinito y de trascendencia que acompaña al hombre, no se sacia con honores y compensaciones solamente materiales, y queda insatisfecha y frustrada.

No pretendo decir que la mujer no debe tomar parte en el desarrollo de la sociedad. Al contrario, soy consciente de que, por la corrupción rampante en todos los estamentos que la componen, necesita de su colaboración para que ésta no la acabe totalmente. Porque está demostrado, que aunque hay excepciones, quizás por la grandeza misma se debe poder ser madre, que es un hecho que la honestidad parece ser cualidad inherente de una manera especial a la mujer.

Pero para ello no debe dejar de lado, ni olvidar en ningún momento su papel principal en el mundo, sino que, de acuerdo con el plan de Dios y con su ayuda, compaginar las cosas de tal manera que lleguen a ser complementarias y forjadoras, así sí, de una verdadera y plena realización para satisfacción suya, de su familia y de la sociedad en que se desenvuelve.
En este mes de María, la Mujer por excelencia, la Mujer modelo, pidamos su valiosa intercesión para que Dios permita que todas las mujeres entiendan, comprendan plenamente el papel que en el Plan de Dios les ha sido señalado, y, como ella, puedan repetir: <Hágase en mí según tu palabra>.


JESÚS RUIZ 

Una mujer feliz porque ha creido

Un historia para leer y contar

Marta pertenece a la comunidad de Teresa; un día, en el grupo de oración, expuso esta experiencia: Debido a que la situación se nos puso difícil, debimos salir mi esposo, mi hijo y yo a buscar trabajo y nos fuimos a vivir en casa de una hermana casada.

Un día se nos enfermó el hijo, y mi esposo no estaba en casa. Mi fui con mi cuñado al centr
o de salud y allí no nos atendieron por falta de dinero. Nos fuimos a un centro de la ciudad donde tampoco nos atendieron.

En la noche, de regreso a casa, el niño empeoraba, parecía morir. Muy asustada le dije a mi cuñado: ¡Juan, el niño se muere!
Mi cuñado también se asustó. Apreté el niño contra mi pecho y cogí ya su manito ya fría.

Cuando terminó de contar su experiencia, una religiosa que estaba en el grupo le preguntó: ¿Cómo pudo usted aguantar tanto? Ella respondió: ahora me doy cuenta que el Señor estaba conmigo y que era ÉL quien me daba fuerzas. Tengo la esperanza de que esto va a cambiar y que todos los niños tendrán la oportunidad de vivir.
  
Para reflexionar:

¿Qué situación viven Marta y su familia?
¿Por qué muere el niño?
¿Con qué sentido asume Marta el dolor?
¿En qué consiste la esperanza que tiene hoy Marta? ¿Con qué cuenta para que esa esperanza sea una realidad?
¿Conocemos casos parecidos al de Marta? Cuéntanos algún caso.


QUE NOS DICE LA PALABRA DE DIOS

El nacimiento de Jesús  fue una fue una de las vivencias de fe más significativas que tuvo María. Lee en San Lucas 2, 1-14 y conteste las preguntas que están a continuación.

¿En qué condiciones nació Jesús?
¿En qué consistió la fe de María en este acontecimiento del nacimiento de Jesús?
¿Por qué decimos que la fe llevó a María a ser feliz a pesar de las condiciones en que nació Jesús?
¿Qué parecido encontramos entre la vivencia de María y la de Marta?

LA FE DE MARIA

María después de decir creo, hágase; tuvo que enfrentarse a esa noche oscura de la fe. ¿Qué pasaría ahora con un hijo en sus entrañas? ¿Qué haría José su prometido? ¿La denunciaría? ¿La condenaría como adultera según la ley de Moisés? ¿Quién podría creer que ese hijo era obra del Espíritu? Era tan difícil explicar el misterio de Dios realizado en ella, que guardó silencio y dejó que ÉL mismo hablara. Ella recordaba las palabras del ángel “para Dios no hay imposible”, así comenzó su camino de fe hasta la cruz, pero que culminó en la Resurrección, donde cumplió plenamente lo dicho por Isabel. ¡Feliz porque has creído!. (Lucas. 1,45)

A la luz de la fe de María, podemos aprender a dejarnos conducir por los caminos de Dios, que a veces humanamente no se pueden explicar, pero que el cristiano va encontrando la fuerza necesaria cada día para caminar sabiendo que ÉL quía la historia. Que es alguien vivo que está presente y actúa.

“María es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe. Ella es la creyente en quien resplandece la fe como don, apertura, respuesta y fidelidad.
Es la perfecta discípula que se abre a la Palabra y se deja penetrar por su dinamismo. Cuando no la comprende y queda sorprendida, no la rechaza o regala; la medita y la guarda. Y cuando suena dura a sus oídos, persiste confiadamente en el diálogo de fe con el Dios que habla”. (Puebla 296)


NUESTRA FE EN DIOS CONDUCE AL CAMBIO QUE DESEAMOS

Nuestra fe como la de Abraham y como la de María es costosa, no oculta ni suprime los problemas, no nos garantiza una vida fácil; por el contrario nos exige no rendirnos ante el mal, ni ante el fracaso. Seguir creyendo en al vida, aunque a nuestro alrededor veamos que domina el pecado, la violencia y la muerte. Seguir defendiendo al pobre y al débil cuando sus derechos son pisoteados.

El verdadero creyente sabe que su fe lo compromete en el cambio e la sociedad y de sus estructuras, que a través de ÉL tiene que penetrar en los corazones y en el mundo al semilla de la fe que es la fuerza transformadora de Dios. Para lograr esto tiene que hacerse discípulo, oyente de la Palabra como lo fue María y llegar a escuchar como ella: no temas, el Señor está contigo, para Dios nada es imposible. De este modo se reanima y robustece la fe, se abren los ojos y se descubren la bondad de otros que trabajan y nos ayudan con su testimonio. Así la Iglesia como comunidad de creyentes irá avanzando y abriendo caminos de justicia y de esperanza que  es el camino de los que serán llamados felices porque a pesar de las dificultades han perseverado en su fe.



“En la anunciación de María se ha abandonado en Dios completamente, manifestando “la obediencia de fe”. A respondido, por tanto, con todo su “YO” HUMANO, femenino y en esta respuesta de fe estaban contenidas una cooperación perfecta con “la Gracia de Dios que previene y socorre” y una disponibilidad perfecta a la acción del Espíritu Santo”. (R.M. 13)

Tomado de: ¿Quién es María? Hna. Consuelo Lorenzo G.