domingo, 8 de mayo de 2011

El papel de la Mujer en la sociedad

Desde tiempos inmemoriales el centro de la familia se ha construido siempre alrededor del fuego que irradia el corazón de la Madre, el corazón de la mujer. Y así, la madre se convirtió en el centro de la familia y la familia en el fundamento de la sociedad.
Por eso el papel de la mujer en la sociedad es completamente obvio, por lo que parece extraño hasta querer hablar de él. Sin embargo, y desafortunadamente, hoy en día, tanto para ellas como para los hombres, las cosas han llegado a tal confusión que, a veces, se vuelven contradictorias.

Con el mero poder que le confiere la maternidad ella sabe, y todos tenemos que saber, que es el fundamento de la familia, y como tal, la piedra angular de la sociedad.

Pero como en estos tiempos, a veces, hay que tomar actitudes y priorizar las decisiones, la mujer se encuentra en una encrucijada que la pone ha escoger entre una prometedora carrera (profesión) que, según las voces que le llegan de todas partes, será su plena realización, y la colmará de honores, reconocimientos y satisfacciones, y el papel primordial para el que la naturaleza – por no decir que Dios – la escogió desde siempre.

Muchas veces hace más caso a las voces de las amigas que a su propia conciencia, y se embarca en su “realización” profesional, posponiendo para “después” su papel natural, y lo hace de tal manera que éste se olvida, se le acaba el tiempo y al final se encuentra con que su “realización” no fue tan completa como buscaba, porque la sed de lo infinito y de trascendencia que acompaña al hombre, no se sacia con honores y compensaciones solamente materiales, y queda insatisfecha y frustrada.

No pretendo decir que la mujer no debe tomar parte en el desarrollo de la sociedad. Al contrario, soy consciente de que, por la corrupción rampante en todos los estamentos que la componen, necesita de su colaboración para que ésta no la acabe totalmente. Porque está demostrado, que aunque hay excepciones, quizás por la grandeza misma se debe poder ser madre, que es un hecho que la honestidad parece ser cualidad inherente de una manera especial a la mujer.

Pero para ello no debe dejar de lado, ni olvidar en ningún momento su papel principal en el mundo, sino que, de acuerdo con el plan de Dios y con su ayuda, compaginar las cosas de tal manera que lleguen a ser complementarias y forjadoras, así sí, de una verdadera y plena realización para satisfacción suya, de su familia y de la sociedad en que se desenvuelve.
En este mes de María, la Mujer por excelencia, la Mujer modelo, pidamos su valiosa intercesión para que Dios permita que todas las mujeres entiendan, comprendan plenamente el papel que en el Plan de Dios les ha sido señalado, y, como ella, puedan repetir: <Hágase en mí según tu palabra>.


JESÚS RUIZ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario