domingo, 8 de mayo de 2011

Una mujer feliz porque ha creido

Un historia para leer y contar

Marta pertenece a la comunidad de Teresa; un día, en el grupo de oración, expuso esta experiencia: Debido a que la situación se nos puso difícil, debimos salir mi esposo, mi hijo y yo a buscar trabajo y nos fuimos a vivir en casa de una hermana casada.

Un día se nos enfermó el hijo, y mi esposo no estaba en casa. Mi fui con mi cuñado al centr
o de salud y allí no nos atendieron por falta de dinero. Nos fuimos a un centro de la ciudad donde tampoco nos atendieron.

En la noche, de regreso a casa, el niño empeoraba, parecía morir. Muy asustada le dije a mi cuñado: ¡Juan, el niño se muere!
Mi cuñado también se asustó. Apreté el niño contra mi pecho y cogí ya su manito ya fría.

Cuando terminó de contar su experiencia, una religiosa que estaba en el grupo le preguntó: ¿Cómo pudo usted aguantar tanto? Ella respondió: ahora me doy cuenta que el Señor estaba conmigo y que era ÉL quien me daba fuerzas. Tengo la esperanza de que esto va a cambiar y que todos los niños tendrán la oportunidad de vivir.
  
Para reflexionar:

¿Qué situación viven Marta y su familia?
¿Por qué muere el niño?
¿Con qué sentido asume Marta el dolor?
¿En qué consiste la esperanza que tiene hoy Marta? ¿Con qué cuenta para que esa esperanza sea una realidad?
¿Conocemos casos parecidos al de Marta? Cuéntanos algún caso.


QUE NOS DICE LA PALABRA DE DIOS

El nacimiento de Jesús  fue una fue una de las vivencias de fe más significativas que tuvo María. Lee en San Lucas 2, 1-14 y conteste las preguntas que están a continuación.

¿En qué condiciones nació Jesús?
¿En qué consistió la fe de María en este acontecimiento del nacimiento de Jesús?
¿Por qué decimos que la fe llevó a María a ser feliz a pesar de las condiciones en que nació Jesús?
¿Qué parecido encontramos entre la vivencia de María y la de Marta?

LA FE DE MARIA

María después de decir creo, hágase; tuvo que enfrentarse a esa noche oscura de la fe. ¿Qué pasaría ahora con un hijo en sus entrañas? ¿Qué haría José su prometido? ¿La denunciaría? ¿La condenaría como adultera según la ley de Moisés? ¿Quién podría creer que ese hijo era obra del Espíritu? Era tan difícil explicar el misterio de Dios realizado en ella, que guardó silencio y dejó que ÉL mismo hablara. Ella recordaba las palabras del ángel “para Dios no hay imposible”, así comenzó su camino de fe hasta la cruz, pero que culminó en la Resurrección, donde cumplió plenamente lo dicho por Isabel. ¡Feliz porque has creído!. (Lucas. 1,45)

A la luz de la fe de María, podemos aprender a dejarnos conducir por los caminos de Dios, que a veces humanamente no se pueden explicar, pero que el cristiano va encontrando la fuerza necesaria cada día para caminar sabiendo que ÉL quía la historia. Que es alguien vivo que está presente y actúa.

“María es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe. Ella es la creyente en quien resplandece la fe como don, apertura, respuesta y fidelidad.
Es la perfecta discípula que se abre a la Palabra y se deja penetrar por su dinamismo. Cuando no la comprende y queda sorprendida, no la rechaza o regala; la medita y la guarda. Y cuando suena dura a sus oídos, persiste confiadamente en el diálogo de fe con el Dios que habla”. (Puebla 296)


NUESTRA FE EN DIOS CONDUCE AL CAMBIO QUE DESEAMOS

Nuestra fe como la de Abraham y como la de María es costosa, no oculta ni suprime los problemas, no nos garantiza una vida fácil; por el contrario nos exige no rendirnos ante el mal, ni ante el fracaso. Seguir creyendo en al vida, aunque a nuestro alrededor veamos que domina el pecado, la violencia y la muerte. Seguir defendiendo al pobre y al débil cuando sus derechos son pisoteados.

El verdadero creyente sabe que su fe lo compromete en el cambio e la sociedad y de sus estructuras, que a través de ÉL tiene que penetrar en los corazones y en el mundo al semilla de la fe que es la fuerza transformadora de Dios. Para lograr esto tiene que hacerse discípulo, oyente de la Palabra como lo fue María y llegar a escuchar como ella: no temas, el Señor está contigo, para Dios nada es imposible. De este modo se reanima y robustece la fe, se abren los ojos y se descubren la bondad de otros que trabajan y nos ayudan con su testimonio. Así la Iglesia como comunidad de creyentes irá avanzando y abriendo caminos de justicia y de esperanza que  es el camino de los que serán llamados felices porque a pesar de las dificultades han perseverado en su fe.



“En la anunciación de María se ha abandonado en Dios completamente, manifestando “la obediencia de fe”. A respondido, por tanto, con todo su “YO” HUMANO, femenino y en esta respuesta de fe estaban contenidas una cooperación perfecta con “la Gracia de Dios que previene y socorre” y una disponibilidad perfecta a la acción del Espíritu Santo”. (R.M. 13)

Tomado de: ¿Quién es María? Hna. Consuelo Lorenzo G.          

1 comentario:

  1. que buen trabjo están haciendo. que Dios los bendiga.

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