"...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre".
Lucas 21, 34-36
Jesús sabe muy bien que nuestra mente se puede embotar, distraer, envolatar por todas las distracciones que el mundo nos ofrece.- Por eso también nos hace un llamado perentorio a "velar y orar para no caer en tentación". El enemigo, que es el mal en cualquiera de sus formas y bajo cualquiera de sus nombres, no descansa, vive trabajando siempre en su empresa de torcer nuestro camino. Y todas esas ocupaciones en que vivimos enfrascados y que parecen tan importantes, no son más que distracciones dañinas que no nos dejan espacio para sacar "el tiempito para Dios y su Palabra". Y mucho menos para dirigirnos al Padre en oración íntima y confiada, mientras vamos practicando el amor y el servicio a Él y a los demás, que, a la larga, si lo hacemos con perseverancia, es lo único que nos salvará.
Propósito: Hoy procuraré un buen espacio en mi agenda para leer la Palabra de Dios y para orar.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Diciembre 2 de 2017
J. RUIZ
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