martes, 19 de diciembre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?. El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola se fue".
                                Lucas 1, 26-38
      Como María, debemos luchar para hallar "gracia delante de Dios".- Y ¿como conseguirlo? Aceptando y cumpliendo la voluntad del Padre, que es la Ley Suprema, con alegría, con fe y con esperanza, como lo hizo María con aquel inmenso "hágase en mi, Señor, según tu voluntad pues yo no soy más que tu esclava". En este tiempo de Adviento debemos marchar al lado de María, siguiendo sus huellas, con la seguridad de que así no corremos peligro de extraviarnos, pues siguiéndola a ella estamos siguiendo el camino correcto. Imaginemos a María como seguramente fue: una niña hermosa, con la bondad de Dios reflejada en su rostro angelical y materializada en su trato y en su accionar con los vecinos de su comunidad. Y completemos el cuadro con José embobado mirándola extasiado y sin comprender nada, pero igual aceptándolo todo como voluntad del Padre Misericordioso. Y tratemos de seguir sus pasos.
Propósito: Hoy quiero repetir, cada que me acuerde, "Señor, hágase en mí según tu palabra".
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                 Miércoles. Diciembre 20 de 2017 
J. RUIZ 

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