lunes, 14 de julio de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

No he venido a traer paz, sino espada.
   "...En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles: No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades". 
                                                  Mateo 10, 34. 11,1 
       Definitivamente lo de seguir a Cristo no es para blandengues. Las condiciones son duras y exigentes. Y Jesús las expone crudamente, con pelos y señales. Y habla, no de sembrar paz, sino espadas, o sea guerra, violencia. Pero no la violencia de "mataos los unos a los otros" a espada, o a cuchillo o a balazos. No. Es que, para ser discípulos, seguidores suyos tenemos que cambiar la forma de vida a que el mundo nos tiene acostumbrados. Y todo cambio implica rupturas. Y, generalmente, estas son violentas. Tenemos que romper con todas las ataduras que nos amarran y nos impiden seguirle: la soberbia, la injusticia con los más débiles, la molicie y el facilismo, la lujuria, la ira, en fin, tantas cosas que nos atraen con su brillo efímero, pero que no nos dejan ir por el "camino estrecho" y en subida, que lleva a la cima del Calvario. Pero si lo hacemos "por ser sus discípulos, no perderemos su recompensa".
Propósito: Hoy pediré al Señor que me haga "duro" en la lucha contra el mundo.
                              ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                                      Lunes. Julio 14 de 2014
J. RUIZ

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