jueves, 9 de noviembre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi padre. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle: ¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?. Jesús les respondió: Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré. Replicaron los judíos: Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?. Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho".
                                                                                                             Juan 2, 13-22
      Una familia que no tiene dónde vivir, difícilmente sobrevivirá.- La familia  ha sido llamada Iglesia doméstica y, aunque Dios no puede ser contenido entre las paredes de un edificio, y el templo auténtico es Jesucristo, también es cierto que "allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Por eso es necesario que haya lugares especiales en donde los miembros de ese cuerpo vivo, la Iglesia, puedan desarrollar su vida como una familia, como hacían las primeras comunidades que se reunían precisamente en casas particulares de las familias simpatizantes. Y por eso está bien también que se rinda homenaje a la Basílica de Letrán, llamada la Madre de todas las iglesias, ya de 1300 años de construída, para gloria de Dios y para que represente a todos los templos del mundo, como símbolo de pertenencia, de unidad y de respeto. 
Propósito: Hoy recordaré que el templo solo poco significa: es preciso que allí "estén dos o más reunidos en mi nombre, para que pueda yo esta en medio de vosotros".
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                    Jueves. Noviembre 9 de 2017
J. RUIZ 

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