viernes, 17 de noviembre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Les decía Jesús, en aquel tiempo, una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer. Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ¡Hazme justicia contra mi adversario! Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme. Dijo, pues, el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?"
                                                                                                      Lucas 18, 1-8
       La oración es la voz de la fe, es la expresión de nuestra confianza en Dios.- Y, por lo mismo, tiene que ser constante y perseverante, no debe desfallecer por desconfianza o por cansancio. Debemos orar para alabar a nuestro Padre por su grandeza omnipotente. Debemos orar para agradecer a Dios su misericordia y bondad infinitas y por su perdón sin memoria de nuestras infidelidades. Y debemos orar para pedirle tantas cosas que necesitamos, especialmente los dones de su Espíritu, para que nos guien, fortalezcan y nos ayuden en el continuo peregrinar por este mundo, con la paciencia y perseverancia necesarias para llegar a la meta propuesta del Reino del amor, de la justicia y de la paz.
Propósito: Hoy repetiré las palabras de los discípulos a Jesús: ¡Señor, enséñanos a orar!.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO ! 
                                                                   Sábado. Noviembre 18 de 2017
J. RUIZ 

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