"...Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".
Lucas 19, 1-10
Todos necesitamos ser "Zaqueos" para poder tener ese encuentro personal con Jesús que cambie nuestras vidas.- Pero también, como Zaqueo, el pecador público de Jericó, necesitamos hacer hasta lo imposible para "añadir" a nuestra estatura lo que haga falta para poder ser vistos por Él. Es verdad que Él nos busca siempre porque esa es su misión: traer a todos la salvación, pero nosotros tenemos que manifestar, de alguna manera, que la necesitamos y la queremos. Es por ello que siempre debemos estar dispuestos, con la mente y el corazón abiertos, para escuchar y sentir su llamada a la hora menos pensada, y para convertirnos a la nueva vida que, con la salvación, llegará a nuestra casa, "para buscar y salvar lo que estaba perdido". Nueva vida que será vida de amor y servicio a Dios y a los demás.
Propósito: Hoy pensaré en alguna manera de prestar algún servicio a alguien.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Noviembre 21 de 2017
J. RUIZ
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