"...Un sábado entró Jesús en casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, y ellos le estaban observando. Había allí, delante de él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los maestros de la ley y a los fariseos: ¿Es lícito curar en sábado, o no? Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento? Y no pudieron replicar a esto".
Lucas 14, 1-6
La santidad que Jesús nos pide está en su seguimiento y no en el frío cumplimiento de la letra de una ley.- La caridad, que es el amor en acción, está por encima de cualquier otra norma, según sus enseñanzas. Y su cumplimiento es el que de verdad nos dará el derecho de ser coherederos de la gracia de la salvación que Jesús, el Cristo, vino a traernos. Y la hipocresía y mala leche de los fariseos es tal que, ante la pregunta de Jesús de si es lícito curar en sábado o no, más bien "se callaron" que responder con la verdad. Prefirieron no hacer la distinción entre "un hijo" y "un buey". Y, con seguridad, cuando curó al hidrópico, salieron a criticar lo que había hecho "irrespetando la ley del descanso sabático". Por eso tenemos que ser como Natanael, el "verdadero judío" que "no tenía doblez": derechos, sin segundas intenciones y "para las que sea".
Propósito: Hoy examinaré si a mí de verdad me importan más los demás que las normas.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Noviembre 3 de 2017
J. RUIZ
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