lunes, 1 de septiembre de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


Jesús en Nazaret
Jesús en Nazaret
   "...En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy. Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: ¿No es éste el hijo de José? Él les dijo: Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria. Y añadió: En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio. Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó. 
                                                                                                           Lucas 4, 16-30
       "Esta Escritura, que acabáis de oir, se ha cumplido hoy". Cuando leemos o escuchamos el Evangelio con el corazón dispuesto, vemos que sus palabras son eternas, porque las ha pronunciado el Eterno, y son actuales, porque siguen y seguirán teniendo vigencia y cumplimiento en todos los tiempos. Talvez no reconocemos a Jesús y su Palabra porque, como sus paisanos de Nazareth, estamos llenos de prejuicios y de ideas preconcebidas, que no nos dejan ver más allá del "hijo de José, el carpintero". No entendemos cómo el Mesías, que ha de liberar a Israel, pueda venir sin un séquito real y sin ostentación de poder y majestad. Sólo si abrimos nuestro corazón, sin prevenciones, a toda realidad, seremos capaces de reconocerle en Aquel que viene a dar la libertad a los prisioneros oprimidos por el régimen, a dar la vista a los ciegos, y a predicar la Buena Noticia a los pobres y desvalidos de la sociedad, como nos lo recordaba hace poco el Papa Francisco, cuando nos decía que Jesús quería "una iglesia pobre y para los pobres".
Propósito: Hoy procuraré leer las Escrituras sin ninguna prevención, dejando que el Espíritu guíe mi lectura.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Lunes. Septiembre 1 de 2014
J. RUIZ

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