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| He venido a salvar a los hombres |
"...Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? Pero volviéndose, les reprendió y dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos. Y se fueron a otro pueblo".
Lucas 9, 51-56
El Evangelio de hoy es el del perdón sincero. Ante la ofensa recibida los apóstoles, y nada menos que Juan, el apóstol del amor, reaccionan queriendo tomar represalias, tomar venganza, haciendo llover fuego para exterminar a los ofensores. Pero se llevan su buen regaño: "No sabéis de qué espíritu sois, porque no he venido a perder a los hombres sino a salvarlos". Hoy, en nuestro país, en medio de las expectativas por esa paz tan anhelada, esta lectura debe ser meditada todos los días, hasta convencernos de que la única actitud para lograrla, es la del perdón de corazón. Mientras sigamos pensando más en los daños que nos causaron que en lo bien que podríamos pasarla juntos y en los logros que podríamos alcanzar, no habrá firmas que valgan. Y menos si el gobierno sigue considerando que un ingeniero manejando un taxi o un odontólogo vendiendo chorizos en una esquina, son empleados, y hacen parte de las estadísticas que nos dicen que el desempleo ha bajado, no podrá haber paz. ¡Justicia social, que no legalidad, y perdón de corazón!. Así como nos lo enseñó el Maestro.
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré desterrar de mi vocabulario y de mis sentimientos la palabra: venganza.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Septiembre 30 de 2014
J. RUIZ
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