No hay que vivir sólo ayunando y orando. También hay tiempo para la alegría y ésta es de Dios y por lo tanto tenemos que aprovecharla. Hay un momento para todo, decía el Qohélet y de verdad que era sabio. Lo malo está en hacer las cosas cuando no corresponde, cuando no se debe, como ayunar cuando se está de fiesta por la llegada del novio, Jesús, en lugar de comer, beber y celebrar con alegría. Las personas que comen y beben son las mismas que llorarán y ayunarán cuando no haya fiestas que celebrar, cuando lleguen las penas que de alguna manera llegarán, cuando el novio no esté. El rigorismo cultual de los judíos tendrá que aceptar que con Jesús llegaron nuevos tiempos y que a las normas legales habrá que darles la debida interpretación, lejos de formalismos inútiles pero al pie del espíritu que quiso el legislador. Odres nuevos para el vino nuevo.
Propósito: Hoy miraré de hacer las cosas que correspondan cuando correspondan.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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