No seamos indiferentes: decidámonos "...En aquel tiempo dijo el Señor: ¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos".
No se sabe qué es peor: si decidirse por lo que no se debe, o no decidirse por nada. Por eso tantos católicos de bautismo son presa fácil de sectas que los convencen con facilidad. Porque no han sido capaces de tomar una decisión con conciencia plena de lo que hacen. Prefieren hacerse un dios a su acomodo, cuyos mandatos no les causen ningún problema con los parámetros que el mundo juzga como rectos y que, de alguna manera, les son satisfactorios, que arriesgarse por las "contradicciones" que implica el amar a nuestros enemigos, el perdonar las ofensas, el seguir a una persona que fue perseguida y crucificada por ir en contra de las instituciones que defendían las injusticias de los poderosos contra los débiles y desprotegidos. Dejemos la indiferencia, arriesguémonos y decidámonos por lo que de verdad vale la pena: atesoremos lo que el orín no corroe ni el ladrón puede robar.
Propósito: Hoy mi oración será para pedir luces al Espíritu Santo que me permitan tomar acertadamente las decisiones que se me presenten.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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