sábado, 12 de septiembre de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
 
Para dar frutos buenos y abundantes, hay que ser árboles sanos y fuertes   "...En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: No hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca. ¿Por qué me llamáis: Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa".
                                                                                                             Lucas 6, 43-49
       El árbol que dá frutos deliciosos y abundantes, es el que es sano y fuerte. Y para eso debe ser abonado, regado y cuidado. Si nosotros queremos ser esos "árboles", debemos
estar pendientes de que esos cuidados nunca nos falten: el riego constante con el agua fresca de la Palabra y el abono permanente con la oración humilde y confiada. Y así iremos construyendo, paso a paso, pero en roca firme e inamovible, nuestro edificio espiritual, para que, cuando lleguen los vientos fuertes y las lluvias inclementes, pueda resistir todos los embates sin resquebrajarse ni desentecharse. Y si pedimos la intercesión de María, cuyo nombre celebra hoy la Iglesia, con más certeza podremos estar seguros de dar frutos que alimenten para la vida eterna, ya que Ella es la Roca que cimenta nuestra esperanza.
Propósito: Hoy invocaré a María con el Santo Rosario, pidiendo su intercesión para que me ayude a ser un "buen árbol".
                 ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                  Sábado. Septiembre 12 de 2015
J. RUIZ

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