viernes, 5 de abril de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Aparición de Jesús en el Tiberiades
Aparición de Jesús en el Tiberiades
    "...Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: Voy a pescar. Le contestan ellos: También nosotros vamos contigo. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: Muchachos, ¿no tenéis pescado? Le contestaron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: Es el Señor, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: Traed algunos de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: Venid y comed. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién eres tú?, sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos".
                                                                                Juan 21, 1-14
       Es la tercera vez que se aparece Jesús a sus discípulos después de su Resurrección y ellos aun no le reconocen. Tratan de rehacer su vida después del aparente fracaso que fue su aventura con el Maestro. Estaban de mal humor pues toda una noche de pesca perdida no es para alegrar a nadie. Y, para completar, un desconocido les dice a ellos, pescadores curtidos, dónde echar las redes. Sin embargo, talvez por no ser descorteces, le hacen caso y hacen la pesca de su vida. No sólo por la gran cantidad de peces, sino porque el Señor les aumenta su fe y lo "ven" ahora sí, y lo reconocen. Seamos también nosotros "corteses" con todo el mundo y permanentemente, y podremos reconocer en quiénes, o de qué manera, Jesús se nos manifestará en cualquier momento, aumentando nuestra fe para poder disfrutar de su presencia liberadora y proclamarla y ser testigos de ella.
Propósito: Hoy prestaré atención a mi alrededor para reconocer la presencia de Jesús en las cosas cotidianas de mi vida.
                        ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Viernes. Abril 5 de 2013
J. RUIZ

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