UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Dios mandó a su Hijo para ser luz del mundo    "...Y dijo Jesús a Nicodemo: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios".                                                                                                 Juan 3, 16-21        Debemos corresponder a ese amor infinito de Dios que ha sacrificado lo que más quería para conseguir nuestra salvación. Es un amor que es locura. Es un amor que es pasión. Es un amor que no alcanzamos a comprender pero que está ahí y lo sentimos. Y ese amor vino como "luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". Y ese es el juicio, causa de condenación eterna. Jesús, con su Resurrección gloriosa, nos abrió las puertas a la luz, a la alegría. No las despreciemos, aprovechémoslas, acojámoslas y vivámoslas amando a los demás, sirviéndoles y proclamando entre ellos la Buena Nueva de la presencia liberadora de Jesús, luz del mundo, camino, verdad y vida. Propósito: Hoy pensaré si yo, de alguna manera, sí puedo ser luz para alguien.                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !                                                                   Miércoles. Abril 10 de 2013 J. RUIZ