viernes, 1 de marzo de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Parábola de los viñadores infieles
Parábola de los viñadores infieles
   "...En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: A mi hijo le respetarán. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia.Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? Dícenle: A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo. Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos. Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta".
                    Mateo 21, 33-43. 45-46
       La imagen de la infidelidad que Jesús pinta en esta parábola es tan vívida y cruel, que duele, al recrearla en nuestra mente. Como el mejor de los patrones, hace un montaje completo de una hacienda y, ya lista para la explotación, la arrienda a unos agricultores por un porcentaje de lo producido. Pero éstos, enceguecidos por la ambición que para todo encuentra la justificación, no sólo no le pagan lo convenido, sino que golpean a sus empleados, los cobradores que les envía. Él piensa que, si les envía a su hijo a cobrarles, sí lo respetarán y pagarán. Pero ellos razonan de una manera malvada: "Este es su hijo, el heredero de la hacienda, matémoslo y quedémonos con ella". Y así lo hacen, provocando la ira del dueño que los mata y entrega la finca a otros trabajadores que sí "le paguen los frutos a tiempo". Jesús nos presenta esta descarnada lección para enseñarnos que no debemos ser como esos trabajadores, infieles con quien es la fidelidad misma, sino que debemos responder pagando a tiempo y con buenos frutos, el "montaje" maravilloso que el Patrón de la hacienda nos ha montado con todos los dones que ha puesto a nuestra disposición, como la salud, la familia, un trabajo, el ser bautizados en la fe cristiana. Saquemos el tiempito en esta Cuaresma para reflexionar seriamente sobre las consecuencias desastrosas de la infidelidad que hará que todo nos sea quitado y entregado a quienes sí se mantengan fieles, con fe y confianza en el Reino de Dios que llega a nosotros.
Propósito: Hoy afirmaré mi fidelidad a quien, definitivamente, lo es todo para mí.
                       ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                        Viernes. Marzo 1 de 2013
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario