miércoles, 20 de marzo de 2013

EL MENOS COMÚN DE LO SENTIDOS

El Sentido Común

Cuando Dios crea al hombre, lo crea a su imagen y semejanza y, a través de la nariz, le insufla su espíritu.

Pero insuflar su espíritu, tener el espíritu de Dios, significa tener una conexión permanente con Él.

Nada se mueve en el universo sin la voluntad de Dios. Una hoja no cae del árbol sin la voluntad de Dios. Como seres humanos, no somos seres individuales, somos seres interrelacionados, interdependientes, pertenecientes a un todo. Cuando Dios nos crea, no nos crea y nos abandona y nos deja solos con nuestro libre albedrío para que hagamos lo que queramos hacer, sino que también nos deja una conexión, por medio de la cual estamos de forma permanente conectados con Él. Esta conexión se llama Conciencia.

La Conciencia que es algo concreto se ubica en un espacio, dentro, en lo más profundo de nuestro corazón.

Esa conciencia es la inteligencia espiritual del hombre, y es lo que le permite a éste, saber cuáles son las decisiones adecuadas, lógicas, naturales y fundamentales que debe tomar, a lo largo de su vida.

Dios nos da esa conciencia y también nos da el libre albedrío para que podamos experimentar la consecuencia de nuestras acciones, para que de esta forma podamos valorar el Ser y el No Ser de la cosas.

En teoría sabemos el camino que debemos seguir en nuestra vida. Las decisiones que tomamos al respecto afectan, de forma positiva o negativa, nuestro caminar por este mundo y nos permiten experimentar la consecuencia de nuestros actos, la consecuencia de nuestras decisiones, para poder experimentar el Ser y No Ser de las mismas.

La conciencia es como el motor de un vehículo; el motor es guiado por un volante que toma las decisiones hacia dónde se debe de ir. El operador de la conciencia, el que le dice hacia dónde debe de ir es...El Sentido Común.

Pero entre el motor y el volante existe una barrera: el cristal o parabrisas que presenta y evidencia la realidad; en el caso del hombre se llama inteligencia racional y se ubica entre la Conciencia y el Sentido Común. Los que tiene ese cristal lo suficientemente limpio pueden ver con sencillez y saben cuáles son las cosas verdaderamente importantes de la vida.

Esta cualidad la tienen los niños y por eso dijo Jesús: "dejad que los niños se acerquen a mí" y "los que no sean como niños no entrarán en el reino de los cielos." Porque solo los que son así: sencillos de corazón, sin complicaciones, sin vidas rebuscadas, serán los que tendrán la posibilidad, por su sencillez, de ver a Dios.

El Demonio, ha buscado complicar tanto la vida del hombre, que ha conseguido ensuciar su cristal, esa inteligencia racional que tenemos. Y por eso el hombre ha perdido el norte de su existencia. Ha perdido, en su mayoría, la capacidad de ver las cosas con sencillez, de saber lo que está bien y lo que está mal en la vida, y ha desarrollado la capacidad, para justificar cualquier irracionalidad que pueda cometer.

El hombre de corazón limpio y sencillo tiene la capacidad de tomar las decisiones fundamentales adecuadas que rigen el destino de su vida.

El Misionerismo surge ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE de la profunda reflexión basada en el sentido común, con fundamento trascendental, sobre el sentido de la vida, sobre la reflexión de nuestro actuar día a día, sobre la visión del futuro del mundo por el camino que se encuentra actualmente, y sobre todo de la profunda reflexión basada también en el sentido común de las respuestas a las preguntas: ¿Quién Soy Yo, de Dónde Vengo y a Dónde Voy?

Y surge precisamente así para que cualquier persona con un poquito de sencillez de corazón y con un poco de capacidad de reflexión, profundice en esos mismos puntos y trate de darse cuenta hacia a dónde va, hacia a dónde debería de ir y hacia a dónde verdaderamente quiere ir.

Pero con el fin de mejorar esa Conciencia y agrandar y despertar ese Sentido Común, para el Misionerismo es fundamental impulsar LA REVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO, para que de esta forma el hombre se conozca más profundamente y a través de conocerse busque profundizar en el conocimiento, para que de esta forma, algún día, el Sentido Común sea el más Común de los Sentidos.

Bajado por: J. RUIZ

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