sábado, 2 de marzo de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


Parábola del hijo pródigo
Parábola del hijo pródigo
   "...En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces les dijo esta parábola. Dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros. Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus siervos: Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado! Pero él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."
                                                                                                  Lucas 15, 1-3.11-32                                                                                                                  
       ¡La parábola de la misericordia de Dios! No hay nada más grande que su misericordia infinita que, por más que hagamos por alejarnos de ella, siempre está allí para acogernos como ese padre bondadoso de la historia de hoy que se pasaba los días oteando el horizonte esperando ver regresar a su hijo, sin pensar por un momento siquiera en el dolor que le causó con su actitud y su partida a lejanas tierras para echar a perder su vida y su fortuna de una manera disoluta. Y cuando al fin lo ve venir, contrito y arrepentido, sólo piensa en que estaba perdido y lo ha encontrado. No piensa en nada más y corre y abrazarlo y a celebrar su regreso con una fiesta de bienvenida. En esta Cuaresma acordémonos del sacramento de la Penitencia o Reconciliación y, como el hijo pródigo, acerquémonos arrepentidos en busca del perdón que seguramente no nos será negado.
Propósito: Hoy comenzaré a prepararme para recibir el sacramento de la reconciliación.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Sábado. Marzo 2 de 2013
J. RUIZ

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