sábado, 23 de marzo de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


Conviene que uno muera por todos
Conviene que uno muera por todos
   "...Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación. Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación. Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba a en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?"
                                                                                                     Juan 11, 45-56
      Los sacerdotes y los fariseos ya le quieren meter política al asunto de Jesús y dicen que si Él sigue así, alebrestando al pueblo, van a venir los romanos y van a destruirlos. Pero como ya nos lo recordó nuestro nuevo Papa Francisco, "la religión no es cuestión de política, sino de servicio". Y, además, no es tan cierto que las preocupaciones de los fariseos y de los hombres de la Ley fueran realmente esas. Lo que pasa es que estaban temerosos de que, si Jesús continuaba predicando su doctrina de amor, de compasión y de misericordia, se iba a despertar en el pueblo una conciencia de rebelión contra las injusticias de la Ley y la explotación a que estaban sometidos, que podría, muy seguramente, tocar sus intereses. Hoy sigue ocurriendo exactamente lo mismo: al que quiere seguir a Jesús y vive y predica su discurso de compasión, misericordia y servicio, se lo persigue también, porque esas ideas no producen dividendos ni prebendas tangibles, medibles o cuantificables en términos terrenales. Pidamos al Señor la fuerza para luchar contra esa actitud sin olvidar nunca que Él estará con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Propósito: Hoy pediré en mis oraciones la ayuda del Padre para oponerme a cualquier injusticia de que tenga noticia.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                       Sábado. Marzo 23 de 2013
J. RUIZ

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