miércoles, 27 de marzo de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

La traición de Judas
La traición de Judas
   "...Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: ¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua? El les dijo: Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos. Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará. Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? El respondió: El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido! Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí? Dícele: Sí, tú lo has dicho".
                                                                                        Mateo 26, 14-25
       Uno de los dolores grandes que se pueda tener en la vida es conocer la traición de un amigo. Debió ser mucho el sentimiento de Jesús al saber las vueltas en que andaba Judas, uno de los doce escogidos, para entregarle a sus enemigos, los sumos sacerdotes. Casi tres años estuvo compartiendo con él su alimento, su Palabra, su vida, y sin embargo, Judas no pudo llegar a amarlo. Como zelote que probablemente era, esperaba un Mesías muy distinto: poderoso, triunfante, que acabara con el poderío del imperio Romano que los tenía sojuzgados, y no creía que con las ideas de la compasión, la misericordia y el perdón, como predicaba el Maestro, se llegara a ninguna parte. En cierta forma se sentía traicionado por Jesús, por haber puesto sus esperanzas en Él. Por eso su decisión de vengarse poniéndolo en manos de sus perseguidores. También nosotros traicionamos a Jesús, nuestro hermano, cuando faltamos a esa doctrina del amor que nos pide no ser injustos con los demás y acoger y ayudar a quienes lo necesitan. Pensemos mucho en ello en esta Semana de Pasión y pidámosle ayuda al Padre para no traicionarle, sino, por el contrario, comprender mejor cada día ese Reino de amor y de justicia, que es el Reino de Dios.
Propósito: Hoy buscaré una lectura referente a la amistad para ver de reforzar ese sentimiento hacia Dios y hacia los demás.
                        ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Miércoles. Marzo 27 de 2013
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario