sábado, 3 de marzo de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: Éste recibe a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo entonces esta parábola: Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de la herencia que me toca'. Y él les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera. Se puso entonces a reflexionar y se dijo: '¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores´. Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo'. Pero el padre les dijo a sus criados: '¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'. Y empezó el banquete. El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: 'Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: '¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo'. El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado".
                                                                                                  Lucas 15, 1-3. 11-32

      El amor se vuelve misericordia ante el hijo que ha pecado y es culpable.- Nosotros, todos, somos hijos y somos culpables. Y, como esta vida es un continuo "volver a la Casa del Padre", arrepintámonos de corazón, como el hijo de la parábola, reconozcamos ante el Padre que hemos pecado, que no somos dignos de ser hijos suyos y busquemos su perdón. Sus brazos siempre estarán abiertos para el abrazo efusivo, perdonador y misericordioso, del Padre que siempre nos espera, porque su amor no distingue entre el bueno y el malo: es para todos. Somos los "buenos y justos" los que, a veces, hacemos distinción porque creemos que nuestra "bondad" merece ser recompensada y la "maldad" del otro debe ser castigada. Pero Dios, que es Padre-Madre, sólo amor y misericordia, no puede, no es capaz, de hacer esa diferencia. Si nos arrepentimos y le pedimos perdón, de su memoria se borra el casete de nuestras maldades.
Propósito: Hoy será un día para pedir perdón al Señor y para manifestarle nuestro arrepentimiento y nuestro deseo de "volver a Casa".
                         ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Sábado. Marzo 3 de 2018
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario