miércoles, 25 de mayo de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Sólo debemos competir en servir a los demás   "...Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará. Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos. Él les dijo: ¿Qué queréis que os conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado. Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos".
                                                     Marcos 10, 32-45
       Santiago y Juan, seguramente como muchos de nosotros, querían ser importantes y poderosos, y así le piden al Señor que los coloque a su lado en el Reino que está por inaugurar. Aún no se han dado cuenta de que Jesús va caminando, marcándoles el camino, precisamente en contravía del poder, enseñándoles cómo es el poder del no-poder, es decir, del servicio incondicional a todos, sin exclusiones de ninguna clase. Sólo así podrán llegar a ser grandes entre los demás. En este nuevo Reino el poder se mide por la capacidad de servicio y de sacrificio en bien de los demás. Y la marca la dejó Él mismo bien alta: entrega total, donación total por nuestra salvación. Y el lema también clarito: "El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir".
Propósito: Hoy buscaré en qué forma puedo prestar algún servicio a alguno de los que me rodean.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Miércoles. Mayo 25 de 2016
J. RUIZ

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