lunes, 16 de mayo de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

"Todo es posible para el que tiene fe"   "...En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo. Él les preguntó: ¿De qué están discutiendo? De entre la gente, uno le contestó: Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido. Jesús les contestó: ¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: Cuánto tiempo hace que le pasa esto? Contestó el padre: Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús le replicó: ¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie. Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Él les respondió: Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.
                                                                                                           Marcos 9, 14-29
      Nosotros, como los discípulos, a pesar de saber y de ser testigos de todas las maravillas y portentos que el Señor hace a cada momento, para gloria del Padre y para nuestro propio bien, seguimos con las dudas. No nos decidimos a creer totalmente, no sé si en su omnipotencia que lo puede todo, o en su misericordia que no nos abandona nunca. "¿Hasta cuándo tendré que soportaros?". El reproche es bien merecido. Pero que nos sirva, al menos, para que, como el padre del joven poseído, seamos capaces de decirle, desde el fondo de nuestro corazón arrepentido: "Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta", para que podamos ser como niños confiados y abandonados totalmente a la voluntad de su padre, sabiendo que él no nos faltará con nada que nos haga verdadera falta.
Propósito: Hoy me abandonaré totalmente en tus brazos, Señor , mientras te repito con el padre desesperado: Creo, Señor, pero aumenta mi fe".
                ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                       Lunes. Mayo 16 de 2016
J. RUIZ

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