jueves, 21 de abril de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

El que acoge al enviado del Señor, lo acoge a Él    "...Después que Jesús lavó los pies a sus discípulos les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado".
           Juan 13, 16-20
       Y Jesús nos envió a todos a proclamar el Evangelio de la Buena Noticia de la salvación. Todos los cristianos tenemos esa misión, sin necesidad de ser personas "consagradas" (sacerdotes o monjas). Porque ese encargo lo podemos desarrollar en cualquier medio o en cualquier lugar donde nos desenvolvamos, bien sea en el hogar, en el vecindario, en el colegio o la universidad, o en el lugar de trabajo. Cualquier hora o cualquier lugar es bueno para proclamar las grandezas y la gloria del Padre misericordioso que nos quiere tanto que envió  su único Hijo a sufrir y a morir para cancelar nuestra deuda. Así que acojamos a los que, con su palabra o con sus actos, nos están haciendo llegar el mensaje del Padre, porque, acogiéndolos a ellos, lo estamos haciendo con "Aquel que me ha enviado". Cantemos la gloria y la misericordia de Dios sirviendo a los hermanos, como Él mismo tantas veces nos lo enseñó.
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré atender al que me hable de Dios, como a su enviado.
               ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Jueves. Abril 21 de 2016
J. RUIZ

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