jueves, 3 de abril de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Testimonio del Hijo
Testimonio del Hijo
    "...En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado. Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?"
             Juan 5, 31-47
       En el pasaje de hoy Jesús se queja de que los judíos de su tiempo no creían en Él, a pesar del testimonio de Moisés y los profetas: "Porque, si creyérais en Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis Palabras?".Y este reproche lo podemos recibir también nosotros, porque, como ellos, tampoco queremos entender, y, a veces, ni queremos leer las Escrituras sabiendo que "Ellas son las que dan testimonio de mí". Creer no es añadir más datos a los que ya se tienen acerca de Dios: es poner el corazón en sus Palabras para recibirlas, aceptarlas y vivirlas con amor, porque ellas no expresan sino el amor con que Él nos ama y por el que se hizo hombre, con todas sus consecuencias, solamente para llevarnos hacia Él.
Propósito: Hoy haré mi lectura de la Sagrada Biblia siendo consciente de que sus palabras son testimonio de Jesús.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                    Jueves. Abril 3 de 2014
J. RUIZ

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