domingo, 27 de abril de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Tú también te llamas Tomás
Tú también te llamas Tomás
    "...Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: La paz con vosotros. Luego dice a Tomás: Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Tomás le contestó: Señor mío y Dios mío. Dícele Jesús: Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído. Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre".
                                                                   Juan 20, 19-31
       La incredulidad de Tomás, con tantas exigencias para poder creer, parece más terquedad que otra cosa. Pero la del hombre de hoy es el resultado de la mentalidad soberbiamente cientificista, mecanicista y materialista del mundo moderno que se resiste a aceptar todo lo que no es empíricamente verificable. Pero la fe no es sólo cuestión de conocimiento: es también ese sentimiento que nos permite ver, sentir y confiar sólo en la autoridad omnipotente de Dios, que nos revela su presencia liberadora en la presencia de Jesús Maestro, y que nos hace reconocerlo, como lo hizo Tomás por primera vez, como : "¡Señor mío y Dios mío!".
Propósito: Hoy pediré al Señor que me haga ser de los "dichosos que no han visto y han creído".
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Domingo. Abril 27 de 2014
J. RUIZ

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