viernes, 18 de abril de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Prisión de Jesús
Prisión de Jesús
   "...Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos. Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: ¿A quién buscáis? Le contestaron: A Jesús el Nazareno. Díceles: Yo soy. Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: ¿A quién buscáis? Le contestaron: A Jesús el Nazareno. Respondió Jesús: Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos. Así se cumpliría lo que había dicho: De los que me has dado, no he perdido a ninguno. Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber? Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataron y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año. Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo. Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro. La muchacha portera dice a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre? Dice él: No lo soy. Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose. El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina".
                                                                                                Juan 18, 1-19, 42      
        Hoy es el día de la Cruz, de la Vía Dolorosa, del Camino del Dolor. Todos estos nombres son símbolos de nuestra propia vida que siempre tendrá que recorrer ese camino llevando a cuestas su propia cruz. Pero también es el día en que se manifiesta de manera más nítida y clara todo el amor de Dios por nosotros, cuando su Hijo, con los brazos abiertos sobre el madero de la cruz, y después del aterrador camino del Calvario, quiere abrazarnos a todos para protegernos del mal que nos tenía secuestrados y por cuyo rescate acaba de pagar el precio de su sangre y de su vida. Hoy es un día para meditar en todas estas cosas, para acompañar a Jesús y a su Madre en este largo camino de dolor, y para estar agradecidos por el amor sin límites con que Él se entregó por nosotros. Y, además, para buscar la conversión que nos haga tratar de compensarlo de alguna manera por medio del amor y servicio a los demás como siempre nos lo predicó.
Propósito: Hoy lecturas y meditación sobre esos misterios increíbles del amor de Dios.
                           ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                            Viernes. Abril 18 de 2014
J. RUIZ

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