martes, 1 de abril de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Levántate, toma tu camilla y camina
Levántate, toma tu camilla y camina
    "...Después de est
o, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: ¿Quieres curarte? Le respondió el enfermo: Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo. Jesús le dice: Levántate, toma tu camilla y anda. Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: Es sábado y no te está permitido llevar la camilla. El le respondió: El que me ha curado me ha dicho: Toma tu camilla y anda. Ellos le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te ha dicho: Tómala y anda? Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor. El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado".
                                         Juan 5, 1-3. 5-16
       Otra vez nos cuenta el Evangelio acerca del poder de la fe. Un hombre que lleva 38 años esperando ser curado de la parálisis que lo tenía postrado en una camilla, a merced de que alguien lo acercara al agua en el momento en que el poder sanador de ella fuera activado por el ángel. Esa perseverancia en la fe tuvo su premio al acercarse Jesús hasta él y, conociendo su sufrimiento y su esperanza, sin necesidad de acercarlo al agua, con sólo su poder liberador, le devuelve la salud por tanto tiempo buscada.  Pero es sábado, día de reposo, durante el cual no se puede trabajar, y los judíos no miran la maravilla de prodigio que el Maestro ha hecho, mostrando con ello que el hombre está por encima de la fría norma de la Ley, sino que lo persiguen y condenan por ello. No temamos hacer el bien dondequiera y a la hora que sea: la letra de la Ley no es la que vale sino su espíritu, la intención con que fue creada, y ésta siempre será que esté al servicio del hombre.
Propósito: Hoy rogaré al Señor que aumente y fortalezca mi fe para que pueda permanecer en ella.
                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Martes. Abril 1 de 2014
J. RUIZ

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