martes, 3 de septiembre de 2019

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo, Jesús fue a Carfanaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: ¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios. Pero Jesús le ordenó: Cállate y sal de ese hombre. Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: ¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y éstos se salen. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región".
                                                                                                          Lucas 4, 31-37
      Para hablar con autoridad de algo, como para ser testigo, se necesita saber, conocer.- Y Jesús sabía, conocía, su poder y el de su Padre. Por eso su Palabra era segura, con autoridad, coherente con la forma de vida que llevaba y que enseñaba a quienes querían encontrarse con Él y seguirle. Así es que, si queremos tener autoridad para ser testigos y seguidores de Jesús, tenemos que esforzarnos en saber de Él, de su vida, de sus hechos y de sus enseñanzas, que son las que nos darán la fuerza del amor a medida que, en la lectura de la Biblia, vayamos conociéndole más y más, para poder compartirle y atestiguarle delante de los hombres.
Propósito: Hoy seguiré mi lectura diaria de la Biblia con mayores deseos de conocer a Jesús, para poder hablar con autoridad de Él.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Martes. Septiembre 3 de 2019
J. RUIZ

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