miércoles, 19 de septiembre de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


"...En aquel tiempo un fariseo le rogó a Jesús que comiera con él, y, entrando Jesús en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora. Jesús le respondió: Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: Di, maestro. Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más? Respondió Simón: Supongo que aquel a quien perdonó más. Él le dijo: Has juzgado bien, y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: Tus pecados quedan perdonados. Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado. Vete en paz".
    Lucas 7, 36-50

      Sólo desde el amor, puede entenderse el perdón.- Si no amamos será muy difícil que podamos perdonar al que, voluntaria o involuntariamente nos ofende. Lo mismo que será muy difícil que aquel a quien hemos ofendido, voluntaria o involuntariamente, nos perdone, si su amor por nosotros no allana el camino. Como a nosotros Dios nos ha amado infinitamente, tenemos que estar dispuestos a amarle hasta más allá de nosotros mismos y a perdonar y a amar a los demás con un amor que no debe tener medida y a perdonarles "hasta setenta veces siete", como dijo Jesús para taparle la boca a Pedro, a quien parecía que era mucho perdonar siete veces. Sólo si amamos, seremos capaces de perdonar. Y esto es lo que el mundo, egoísta y violento de hoy, necesita: amor y perdón.
Propósito: Hoy quiero pedir perdón a cualquiera que, en algún momento, de alguna manera, haya ofendido.
                       ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                           Jueves. Septiembre 20 de 2018
J. RUIZ

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