domingo, 2 de septiembre de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: ¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?. Él les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. Les decía también: ¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas".
                                                                                                              Marcos 7, 1-13

      La suciedad o limpieza exteriores sólo son un signo de la limpieza o suciedad de lo que está por dentro.- Y las tradiciones las inventaron los pueblos para celebrar momentos felices de su existencia. Por ejemplo, la mayoría de las naciones tienen un día de fiesta para conmemorar y celebrar su independencia, su libertad. Y eso está bien. Lo que no está bien es que una mera celebración conmemorativa se ponga por encima de las leyes básicas de esa sociedad, como son las que rigen la protección de la vida, la justicia y la paz. O de lavarse las manos hasta casi hacerse daño para aparentar una limpieza interior, que sólo las obras que haga podrán mostrar. Limpiemos nuestro corazón de engaños, injusticias, envidias, egoismos que manchan nuestras intenciones, y tendremos cabida en él para acoger la Palabra de Dios y traducirla en amor a Él y en servicio a los demás. Y estaremos limpios de verdad.
Propósito: Hoy revisaré cómo anda mi limpieza exterior comparada con mis convicciones.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                       Domingo. Septiembre 2 de 2018
J. RUIZ

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