jueves, 16 de agosto de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

    "...En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces lo tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano. Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán".
                                Mateo 18, 21-19,1

      Bueno, el mandato es contundente y claro: Hay que perdonar siempre y a todos.- Es lo que quiere decir setenta veces siete: todas las veces que fuere necesario. Y no sólo a los que queremos y nos quieren, lo que siempre sería fácil de hacer: tenemos que perdonar, principalmente a aquellos que, de alguna manera, nos han ofendido, que talvez no conocemos, o a los que nos consta que no somos de su agrado. Igualmente tenemos que ser capaces de pedir perdón a aquellos a los que, de alguna manera, hemos ofendido, sean ellos conocidos o no. Y como esto es siempre, es una tareita para toda la vida, vivida diariamente en el perdón y la misericordia del Padre, siempre listo a perdonar y a hacer "borrón y cuenta nueva".
Propósito: Hoy procuraré ponerme al día sobre si tengo por ahí guardado algún resentimiento o rencor contra alguien.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                Jueves. Agosto 16 de 2018
J. RUIZ 

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