domingo, 12 de agosto de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo los judíos murmuraban de Jesús, porque había dicho: Yo soy el pan que ha bajado del cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo? Jesús les respondió: No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo."
                                    Juan 6, 41-51

      La incredulidad, que nos hace tan frágiles, puede deberse a nuestros prejuicios sobre quién es Jesús.- Como no somos capaces de mirar más allá de nuestros ojos, ni sentir más allá de nuestros sentidos, no podemos comprender que Jesús, un hombre como nosotros, vecino de un pueblito desconocido, nos hable con palabras que son completamente contradictorias con todo lo preestablecido y organizado en nuestra mente humana, de por sí tan limitada. Hablarnos de resurrección, de vida que no acaba, de perdonar pecados, de ser Hijo de Dios, de que su carne es alimento que nos da esa vida, fuera de parecernos un misterio, pues no lo entendemos, poco más nos dice. Tenemos que tener sentido de trascendencia, pensar y sentir que, en nuestra vida íntegra, hay algo más que lo que vemos y sentimos, para sabernos realizados plenamente, porque somos obra de Dios y Él no va a dejar nada inacabado, imperfecto: "Todo lo que hizo, lo hizo bien". Tratemos de trascender, por el amor y servicio a los demás, y entenderemos la misericordia infinita del Señor y la fe que necesitamos para llevarlo a cabo.
Propósito: Hoy nuevamente pediré al Señor que aumente mi fe y ayude a mi incredulidad.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                             Domingo. Agosto 12 de 2018
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario