Juan 6, 41-51
La incredulidad, que nos hace tan frágiles, puede deberse a nuestros prejuicios sobre quién es Jesús.- Como no somos capaces de mirar más allá de nuestros ojos, ni sentir más allá de nuestros sentidos, no podemos comprender que Jesús, un hombre como nosotros, vecino de un pueblito desconocido, nos hable con palabras que son completamente contradictorias con todo lo preestablecido y organizado en nuestra mente humana, de por sí tan limitada. Hablarnos de resurrección, de vida que no acaba, de perdonar pecados, de ser Hijo de Dios, de que su carne es alimento que nos da esa vida, fuera de parecernos un misterio, pues no lo entendemos, poco más nos dice. Tenemos que tener sentido de trascendencia, pensar y sentir que, en nuestra vida íntegra, hay algo más que lo que vemos y sentimos, para sabernos realizados plenamente, porque somos obra de Dios y Él no va a dejar nada inacabado, imperfecto: "Todo lo que hizo, lo hizo bien". Tratemos de trascender, por el amor y servicio a los demás, y entenderemos la misericordia infinita del Señor y la fe que necesitamos para llevarlo a cabo.
Propósito: Hoy nuevamente pediré al Señor que aumente mi fe y ayude a mi incredulidad.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Agosto 12 de 2018
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario