"..."...En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la Palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino. Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la Palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la Palabra, sucumbe. Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la Palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan y queda sin fruto. En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la Palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".
Mateo 13,18-23
El agricultor, nuestro Padre Dios, escoje la mejor semilla; el terreno debemos prepararlo nosotros.- Y de esa preparación y del mantenimiento que le demos a ese terreno, que somos nosotros, abonándolo con la oración perseverante y confiada, regándolo con la lectura de la Palabra, fumigándolo con obras de misericordia y con el corazón abierto en acogida permanente a los más necesitados, dependerá la calidad y la abundancia de frutos que produzca, para nuestro bien para la gloria de Dios. No permitamos que la ambición o el egoísmo nos arrebate o destruya a acción de esa buena semilla.
Propósito: Hoy revisaré cómo va el mantenimiento de mi parcela, pidiendo al Espíritu Santo su Luz para que me ilumine la mejor manera de hacerlo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Julio 27 de 2018
J. RUIZ
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