"...En esa oportunidad, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Mateo 11, 25-27
Los pequeños, los que son como niños, los humildes, los que no se creen más que nadie.- Esos son los verdaderos sabios porque han entendido la mejor manera de vivir en paz consigo mismos, con los demás, con Dios y con la naturaleza. Son los que han entendido los misterios de la vida precisamente porque nunca les ha parecido importante entenderlos, sino vivirlos con la alegría de un corazón que ama y que confía plenamente en quien ama. Esa debe ser nuestra meta: conseguir un corazón que ame y que confíe con alegría en Dios, nuestro Padre, con la certeza de que todo lo que Él disponga para nosotros es para nuestra bienaventuranza.
Propósito: Hoy tendré mi confianza puesta sólo en la Divina Providencia, recordando un dicho casi diario de mi padre: Dios proveerá.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Julio 18 de 2018
J. RUIZ
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