"...Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis. Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron".
Juan 19, 31-37
Para todo efecto práctico el centro del amor es el corazón.- Se supone que en él está el centro de todo lo hermoso, dulce, tierno y bueno que pueda tener el ser humano. Cristo, al hacerse hombre, asumió su humanidad de un todo y por todo, incluídos el corazón y sus sentimientos. Eso que nosotros, en determinados momentos de nuestras vidas, podemos llegar a sentir por nuestros hijos, por nuestros amigos, por nuestros familiares, por nuestra pareja, son los mismos que Jesús, en su humanidad, siente por nosotros, sus hermanos, pero llevados a la plenitud por su divinidad. ¿Cómo puede no ser una fiesta el saber que alguien nos ama de esa manera? Y ¿cómo no sentirnos atraídos por alguien con un corazón así?
Propósito: Hoy mi oración será aquella jaculatoria aprendida desde niños de labios de la mujer que más nos ha amado: nuestra madre: "Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Junio 8 de 2018
Juan 19, 31-37
Para todo efecto práctico el centro del amor es el corazón.- Se supone que en él está el centro de todo lo hermoso, dulce, tierno y bueno que pueda tener el ser humano. Cristo, al hacerse hombre, asumió su humanidad de un todo y por todo, incluídos el corazón y sus sentimientos. Eso que nosotros, en determinados momentos de nuestras vidas, podemos llegar a sentir por nuestros hijos, por nuestros amigos, por nuestros familiares, por nuestra pareja, son los mismos que Jesús, en su humanidad, siente por nosotros, sus hermanos, pero llevados a la plenitud por su divinidad. ¿Cómo puede no ser una fiesta el saber que alguien nos ama de esa manera? Y ¿cómo no sentirnos atraídos por alguien con un corazón así?
Propósito: Hoy mi oración será aquella jaculatoria aprendida desde niños de labios de la mujer que más nos ha amado: nuestra madre: "Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Junio 8 de 2018
J. RUIZ
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