viernes, 29 de junio de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


"...Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?. Ellos le respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas. Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?. Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Jesús le dijo: Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías".
                                                                                                             Mateo 16, 13-19

      "Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".- Así constituyó Jesús a Pedro y a sus sucesores cabeza de su Iglesia, como sus máximos representantes en la tierra, con todos sus poderes, derechos y deberes. Y, si nosotros nos consideramos sus seguidores, debemos respetar y amar su jerarquía, y defenderla contra los enemigos que, en todas las épocas y en todas las culturas, la han querido cuestionar y perseguir. Y aún hoy vemos que existe un sector, encabezado por altos jerarcas, que no quiere aceptar los cambios que el actual sucesor de Pedro, el Papa Francisco, inspirado indudablemente por el Espíritu Santo, ha querido ir implementando para dar cumplimiento a las directrices que el Concilio Vaticano II, desde hace ya más de 50 años, también asesorado por el Espíritu Santo, consideró oportunos, para el sano avance de la Iglesia en estos tiempos de individualismo y materialismo desatados. Es hora, pues, de recordar esto y de aumentar nuestras oraciones para que el Espíritu del Padre, continué acompañándolo e iluminándolo con valor y claridad.
Propósito: Hoy haré una oración especial por nuestro Papa Francisco para que el Santo Espíritu de Dios siga iluminando el camino por donde ha de conducir a la Iglesia hasta el Reino de Amor, Justicia y Paz, que es su Reino.
                        ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                    Viernes. Junio 29 de 20l8
J. RUIZ

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