lunes, 4 de junio de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo Jesús se puso a hablarles en parábolas a los sumos sacerdotes: Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó. Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: A mi hijo le respetarán. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron".
                                                                                              Marcos 12, 1-12

      Un sembrado, para que dé buena cosecha, hay que cuidarlo.- No es sólo sembrar la semilla y sentarse a esperar que nazca, crezca, florezca, se reproduzca y muera. No, hay que abonar, limpiar, regar, podar y cuidar de las plagas que puedan echar a perder la cosecha. Sólo así podremos obtener buenos y abundantes frutos que nos permitan pagar la renta y dar buenos resultados a quien nos arrendó la finca. Pero si queremos hacer trampa para no pagar o para quedarnos con la tierra o si queremos que haya cosecha sin haber cuidado, puede venir el dueño de la hacienda, quitárnosla y darla a otros más responsables, y que sí den buenas cuentas a su tiempo. Charla permanente con Jesús, el dueño, en la oración, Eucaristía frecuente, lectura de la Palabra y, en general, buenas prácticas piadosas, son la mejor manera de mantener nuestra vida espiritual, la hacienda en cuestión, en óptimas condiciones para producir abundantes frutos que podamos, incluso, compartir con los que lo necesiten.
Propósito: Hoy revisaré qué cuidados le hacen falta a mi parcela para lograr buenos frutos.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Lunes. Junio 4 de 2018
J. RUIZ

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