domingo, 9 de abril de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, se presentó a los jefes de los sacerdotes y les dijo:  ¿Cuánto me darán si se lo entrego? Ellos prometieron darle treinta monedas de plata. Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo. El primer día de la Fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron:  ¿Dónde quieres que preparemos la comida de la Pascua? Jesús contestó: Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa. Los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Llegada la tarde, Jesús se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, les dijo: En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar. Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle:  ¿Seré yo, Señor? El contestó: El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato. El Hijo del Hombre se va, como dicen las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido! Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: ¿Seré yo acaso, Maestro? Jesús respondió: Tú lo has dicho."
                                                                                                          Mateo 26, 14-25
       Se acerca la hora de las definiciones y comienza con una traición.- Y a nosotros nos corresponde hoy, como Judas, en vista de nuestras debilidades, confesas y probadas, preguntar a Jesús, como lo hizo él: "¿Seré yo acaso, Maestro?". Es hora de que comencemos a darnos cuenta de cómo es ese Reino que Jesús nos ha prometido. No es un reino de poder y opresión, sino de amor y misericordia; no es un reino de dominación, sino de servicio, como Él mismo nos lo va a demostrar el jueves cuando lava los pies a sus apóstoles, como lo tendría que hacer un esclavo. Si nosotros seguimos proclamándonos cristianos, sus discípulos y seguidores, tenemos que dar testimonio cierto de ello con una vida vivida en el amor a Dios y en una constante disposición a servir a los demás, en especial a los pobres y excluídos de la sociedad, quienes, además, son los preferidos del Señor. Dejemos de buscar con tanto afán el bienestar y los honores de este mundo que lo que de veras nos cuenta para adelantar en el camino del Reino, son los sinsabores y pequeñas cruces de cada día, llevadas sin protestar y con alegría hasta el día de la gran Resurrección a la vida eterna y plena.
Propósito: Hoy procuraré no manifestar mi desagrado haciendo cualquier cosa que tenga que hacer y que no me guste. 
                         ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                               Domingo. Abril 9 de 2017 
J. RUIZ 

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