martes, 11 de abril de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: Pregúntale de quién está hablando. El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es? Le responde Jesús: Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar. Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: Compra lo que nos hace falta para la fiesta, o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. Cuando salió, dice Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros. Simón Pedro le dice: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde. Pedro le dice: ¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti. Le responde Jesús:¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.
                                                                                 Juan 13, 21-33.36-38
       Cando Judas salió a hacer lo que tenía que hacer, era de noche.- Siempre es de noche cuando nos alejamos de la Luz para hacer lo que no debemos, y que, de alguna manera, traiciona a Jesús y lo entristece, porque Él nunca nos traiciona, su amor es sin medida y su perdón y misericordia, infinitos. Somos débiles y seguramente muchas veces traicionaremos al Maestro, como Judas o como Pedro, pero debemos también ser capaces de reconocer, como Pedro, nuestra falta y, humildemente, pedir perdón y llorar como él lloró. Y de perdonar, como Jesús, si alguien, talvez inadvertidamente nos ofende. Así lo aprendió Pedro: "hasta setenta veces siete". Porque el perdón, como el amor, no tienen medida. Semana Santa: días de perdón, misericordia, amor y servicio.
Propósito: Hoy volveré a leer, con más conciencia, aquellos relatos de la Pasión del Señor.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                             Martes. Abril 11 de 2017
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario