jueves, 13 de abril de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde. Le dice Pedro: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavo, no tienes parte conmigo. Le dice Simón Pedro: Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza. Jesús le dice: El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos. Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: No estáis limpios todos. Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros".
                                   Juan 13, 1-15
        Eucaristía, sacerdocio, amor en el servicio.- Estas son las conmemoraciones de hoy en la celebración de la Semana Mayor del año litúrgico. Actos de alguien que nos amó "hasta el extremo". Hasta el extremo de dar su vida por nosotros sólo porque nos ama. Hasta el extremo de hacerse pan para permanecer con nosotros como alimento de vida permanente. Hasta el extremo de volverse siervo para enseñarnos cómo debemos manifestarnos ese amor unos a otros, como imagen suya que somos. El reconocernos pequeños ante Él, tan grande, no es humildad sino reconocimiento de una verdad. Pero que Él, tan grande, se haga pequeño, como nosotros, para lavar nuestras culpas y enjugar nuestras tristezas, sí que lo es. Agradezcamos, pues, esos gestos de amor supremo, de amor "hasta el extremo", procurando, intentando, luchando por imitarle siquiera un poco, en nuestro trato con los demás. Fuera el egoismo, la soberbia, el individualismo, que nos alejan de las periferias donde están los preferidos del Padre. 
Propósito: Hoy reconoceré que, con la señal de la cruz, el signo del cristiano es el servicio a los demás.
                ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                        Jueves. Abril 13 de 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario