lunes, 19 de octubre de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
 
El más grande es el mejor servidor   "...Se acercan a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos. El les dijo: ¿Qué queréis que os conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado. Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos".
                                                                                                     Marcos 10, 35-45
       En la comunidad de los seguidores de Jesús hemos de ser servidores, como lo fue Él, que vino "no para ser servido, sino para servir".  Entre nosotros no debe haber nadie por encima de los demás; no debe haber amos ni opresores, sino amigos que parten y comparten en comunidad lo que cada uno tiene. Talvez sea difícil en este mundo actual donde el éxito se mide muchas veces por el grado de opresión y de dominio que se tenga sobre los demás. Talvez muchas veces pensamos que para ser felices tenemos que pasar por encima de los otros. Pero "no ha de ser así entre vosotros". Es sirviendo y poniendo nuestra vida al servicio generoso y sin condiciones de los demás, como lograremos que nuestra vida tenga un significado de autoridad y grandeza verdaderamente significativos, y sin que se convierta en poder opresivo.
Propósito: Hoy revisaré, para corregir, si mi modo de comportarme con los que me rodean tiene algo de opresor.
                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Domingo. Octubre 18 de 2015
J. RUIZ

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