viernes, 2 de octubre de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
 
La incredulidad es una tremenda responsabilidad   "...En aquel tiempo dijo Jesús: ¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".
                 Lucas 10, 13-16
       Es una responsabilidad tremenda poder nosotros darnos el lujo de rechazar a Dios o a su Palabra, de ser incrédulos.  Y es lo que Él ha permitido al dejarnos el don, por otro lado enorme e inapreciable, del libre albedrío. Porque Él no nos obliga: nos invita a seguirle, pero la decisión de hacerlo o no, la deja en nuestras manos. Ese lamento por aquellas ciudades bien pudiera ser por nosotros y nuestra indiferencia ante las maravillas que continuamente está ejecutando en nuestra presencia y para nuestro servicio. Escuchemos la voz del Señor, convirtámonos a su forma de vida, salvemos nuestra responsabilidad y no seamos incrédulos, sino fieles. Amor a Dios, expresado en el servicio desinteresado a los demás
Propósito: Hoy mi oración será: ¡Señor, aumenta mi fe y ayuda a mi incredulidad!
                    ¡ FELIZ DÍA , JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Viernes. Octubre 2 de 2015
J. RUIZ
             

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