lunes, 1 de diciembre de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


La fe del Centurión.   "...Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos. Dícele Jesús: Yo iré a curarle. Replicó el centurión: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: Vete, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos".
                                                                          Mateo 8, 5-11
       Fe y Humildad, es la clave para llegar a Jesús.. "Yo iré a curarle", es la respuesta inmediata de quien no puede resistirse al que así llega hasta Él. Si somos conscientes de nuestra insignificancia, de nuestra nada, de nuestra impotencia, y si creemos que sólo Jesús lo puede todo; si estamos convencidos de que sólo Él puede salvarnos, e invocamos su ayuda con esa actitud del centurión: "Yo no soy digno de que entres bajo mi techo; basta con que lo digas de palabra y mi criado quedará sano", con toda seguridad eso se hará. Ha comenzado el tiempo litúrgico de la espera y nuestra oración diaria debe ser: ¡Ven, Señor Jesús!.
Propósito: Hoy seré consciente de que sin mi Padre, nada puedo, pero con Él, todo me es posible.
                   ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                          Lunes. Diciembre 1 de 2014
J. RUIZ

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