UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

La misión de los discípulos    "...En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Les dijo: Vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente".                         Mateo 9, 35. 10, 1. 6-8        Hoy como ayer y como hace dos mil años, las multitudes siguen angustiadas, hambrientas y sedientas de algo más, que, aquí en la tierra, por más que se progrese y se hable de adelantos en todos los campos de la existencia, no han podido encontrar. Y Jesús piensa que es porque la multitud es muy grande y son muy pocas las personas que están trabajando en llevarles el Reino de Dios, que es el que, en definitiva, las saciará y colmará plenamente. Por eso envía a sus discípulos, nos envía, con poderes especiales, a trabajar en sus campos -las multitudes- porque ya la mies está en sazón, y es tiempo de cosecha. Propósito: Hoy mi oración será para que el Buen Dios me permita de alguna manera, ser su trabajador.                        ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !                                                                         Sábado. Diciembre 7 de 2013 J. RUIZ