lunes, 24 de junio de 2019

UN TIEMPITO PARA DIOS, Y SU PALABRA


   "...Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella. A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: No, su nombre será Juan. Ellos le decían: Pero si ninguno de tus parientes se llama así. Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios. Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello, se preguntaban impresionados: ¿Qué va a ser de este niño?. Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él. El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel".
                                                                                          Lucas 1, 57-66. 80
         Como Juan, desde nuestro bautismo hemos sido escogidos para proclamar la venida del Señor y preparar su camino.- Juan cumplió su misión siendo testigo durante toda su vida de la presencia del Salvador del mundo, del Mesías, que Dios había prometido a nuestros primeros padres y que había sido anunciado por todos los profetas. Y cumplió sin importar las consecuencias de su proclamación, aunque ellas, al final, lo condujeran al martirio a manos de Herodes, por culpa de Herodías, acabando de allanar con su sangre la llegada del Cordero a quitar el pecado del mundo. Hombre grande, el más grande nacido de mujer, lo llamaría Jesús. Modelo a imitar, si queremos de verdad ser testigos, con nuestras palabras y con nuestras actitudes sin  claudicaciones ante nadie que cometa una injusticia o desprecie a uno de aquellos pequeñuelos, amigos de Jesús. 
Propósito: Hoy meditaré en la manera como yo puedo contribuir a la instauración del Reino de Dios y su justicia.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                             Lunes. Junio 24 de 2019
J. RUIZ 

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