Lucas 9, 22-25
"Yo no sería capaz de hacer ese trabajo por todo el oro del mundo", decía a Sor Teresa de Calcuta un admirador de lo que hacía por los excluídos. Y ella le contestó: "Yo tampoco".- Entonces ¿por qué lo haría? Únicamente por amor puede uno entregarse totalmente, hasta el abandono, hasta dejar de ser uno, hasta negarse a sí mismo. Jesús bien que lo sabía y por eso la radicalidad de sus Palabras: "Si alguno quiere...niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame". Y otro día dirá: "El que no es capaz de dejar a su padre y a su madre por amor a mí, no es digno de mí". Se muere por amor, aunque no sea literalmente, renunciando a todo aquello que, de alguna manera, pueda llegar a herir o a molestar a quien se ama. Ese es el amor de Jesús por nosotros y ése es el que nos pide a cambio. ¿Seremos capaces de poner ese amor a Cristo y a los demás por encima de todo? Nuestro patrono, San Francisco Javier lo hizo.
Propósito: Hoy reflexionaré sobre esas Palabras: "¿De qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?"
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Febrero 15 de 2018
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario